Rubén Gadea

«Cuando todo va bien, cabeza. Cuando todo va mal, cabeza.» Rubén Gadea

 

Nací un dos de abril, exactamente de 1989. Me recuerda mi madre, que desde entonces siempre llevo una sonrisa dibujada en la cara. Risueño y soñador, así nací y así me mantengo, muchas veces con la cabeza en las nubes, pero siempre con los pies en el suelo.

De mi padre aprendí, que no solo con optimismo se consiguen alcanzar los objetivos, sino que se debe acompañar de constancia, esfuerzo y sacrificio.

El mediano de tres hermanos. A menudo nos dicen que somos tres gotas de agua ya que venimos del mismo deporte, hemos estudiado los tres la Licenciatura en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte y compartimos muchos gustos. Factor que ha propiciado tener en casa siempre una competencia sana, tratando de crecer de manera personal y profesional para inspirarnos entre hermanos y no quedarnos rezagados, así como compartiendo cada una de las cosas que teníamos o conseguíamos, lo que me ha enriquecido como persona y me ha llevado a ser embajador de diversas asociaciones benéficas, como Yes With Cancer y la Fundación DASYC.

Toda una vida ligada al mundo del deporte, a los tres años, cuando mi padre me llevaba a los entrenamientos de mi hermano Vicent, empecé a darle patadas a un balón, deporte que me tuvo enganchado durante dos décadas, en el cual viví experiencias inolvidables y conocí personas extraordinarias. En el fútbol empecé a ser entrenador con solamente quince años, labor que me apasionó y la cual decidí que iba a ser mi futura profesión.

Esto me llevó a empezar los estudios en la Universidad de Valencia, donde durante cuatro años me formé como Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, combinándolo con una de las experiencias de mi vida, la estancia durante diez meses en la Università Degli Studi de Verona, donde compartí vivencias con amigos de Hungría, Polonia, Inglaterra, Alemania y Ecuador entre otros países y ahí fue cuando saltó la chispa dentro de mi.

Era la hora de dar un paso más y apostar por lo que yo quería, apostar por mi.

Asi es como al volver de Italia, empecé a trabajar en una multinacional de material deportivo, finalicé mis estudios, que no mi formación y me lancé hacía la aventura de mi vida, Sanus Vitae.

Y ahora ha empezado el juego…